miércoles, 16 de noviembre de 2011

Diario del Montseny: El otoño está en las hojas

Como os decía en anteriores entradas, por fin encontré el otoño (si no en todo su esplendor, porque ya hemos quedado que este es un otoño raro) en los bosques del Montseny.


Cuando uno idealiza la imagen del otoño supongo que siempre pensamos en bosques con árboles de colores ocres, naranjas e incluso rojos, un bosque húmedo y con musgo cubriendo parte de los troncos, casi una imagen de cuento por cierto.


Así pues, el otoño se podría decir, simplificando mucho y refiriendome a la faceta estética que es la buscada fotográficamente hablando, reside en las hojas, en la belleza que alcanzan estas al cambiar de color.


Y para eso no importa tanto que las encontremos aún agarradas a las ramas, resistiendo el viento y la lluvia aún a sabiendas que el destino es caer, o ya en el mismo suelo del bosque.


Da lo mismo que sean hojas del propio árbol u hojas de cualquier hiedra que ha decidido por su cuenta vestir de otoño al árbol que abraza, casi como si de una abuela que teje una bufanda de colores llamativos para su nieto, la hiedra abriga desde la base y va subiendo por el tronco para dejar protegido a este como cualquier jersey de cuello vuelto.



Finalmente, también estas hojas de colores producen hermosas escenas cuando caen sobre el agua de algún arroyo caprichoso o cerca de la orilla, en estos casos el agua potencia si cabe la belleza, ya muerta, de la hoja caida, el bosque sigue siendo un lugar mágico en cad una de sus fases.


Besos otoñales.

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