domingo, 22 de noviembre de 2009

Marruecos. La hospitalidad Bereber

Acabo de regresar de pasar unos días en Marruecos. Un amigo y yo decidimos establecernos en Marrakech (la perla del Sur) como campamento base y desde allí movernos a nuestro aire.

La idea era vivir el frenesí de la ciudad día y noche, acercarnos a dormir al desierto y visitar Essaouira con su constante bruma atlántica.

En la primera excursión fuimos a visitar el valle de Eurika, sus pueblos, sus saltos de agua etc, pero por encima de todo lo que mas me gusto fue disfrutar de la hospitalidad Beréber. Recibidos en su humilde casa, es tradición ofrecer un té, que preparan con mimo y repitiendo una ceremonia ancestral.



El primer té es amargo y vivificante, después se añade un poco de azúcar y es un té mas suave, sensual, por último se añade mas azúcar aún.



Amargo como la vida, suave como la muerte y dulce como el amor dice el poema.

Tomar un momento de calma y disfrutar de este te como hacen ellos. Saludos


martes, 17 de noviembre de 2009

Audiovisual de la Selva de Irati

Después de enseñar parte de las fotografías tomadas en la Selva de Irati, he montado este nuevo audiovisual que espero os guste y disfrutéis del mismo.

Recomiendo que carguéis el video con alta calidad (HQ).

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Otoño en Madrid

Después de las recientes salidas a la Sierra de Cazorla y a la Selva de Irati en busca de los colores del otoño, me quedaba esperar a que apareciese en la Comunidad de Madrid, y a fe que se ha echo esperar, no llegaban las lluvias y temía que con los primeros fríos pasásemos casi de forma directa del verano al invierno.

Por suerte no ha sido así, aunque casi. En la Sierra de Madrid los colores del otoño están en su esplendor, aunque el campo esta mucho mas seco que en otros años.

A pesar de la aparente quietud, y de la calma que se respiraba a primera hora, todo fluye en el bosque, nada permanece quieto para siempre como ocurre en la vida.

Un pequeño rincón en el arroyo que a pesar de la escasez de agua conserva su encanto.

Si se observan los remansos del arroyo, se puede apreciar los dibujos que las hojas caidas realizan en ellos, son sorprendentes, a veces con forma de corazón.

El suelo del bosque esta cubierto de un manto de hojas que prácticamente lo cubren todo con su color.

Y antes de regresar, una pincelada del bosque como recuerdo.