En cualquier inmersión nocturna me gusta ir muy despacio, mucho mas si cabe que cuando buceo de día (que ya es...), se trata de buscar en la oscuridad y eso es algo muy difícil de conseguir si no miramos al detalle.
En esta inmersión, buscando vida pequeña como de costumbre, curiosamente encontré algunas especies de gran tamaño y pasé casi toda la parte del tiempo dedicado a ellos.
Encontramos un pez cocodrilo espectacular, camuflado con el arenal del fondo y con su lengua hecha un pegote y lista para ayudar a cazar, estamos ante un animal prehistórico, solo por eso mereció la pena esta inmersión.
Un poco mas adelante nos encontramos con un pez globo gigante, que lejos de asustarse parecía disfrutar con el haz de luz de mi foco, así que yo hice lo mismo con el y disfrutamos juntos, es curioso y divertido ver nadar a estos peces.
Por último una de las joyas de las nocturnas, la bailarina española, precioso y gigante nudibranquio (branquias desnudas) que recibe su nombre porque sus movimientos nadando recuerdan al traje de una bailarina gitana, lástima que esta no quiso deleitarnos con un bailecito y permaneció sobre el fondo.
Era la última nocturna, y con apenas tres cositas nos dimos por satisfechos.
continuará...
Besos submarinos.
Unas fotos incleibles!!! De aquí a los reportajes de Naturaleza salvaje del National Geographic.
ResponderEliminarUn beso.