A pesar que Egipto no está muy lejos de España y que el vuelo Cairo-Madrid dura menos de 5 horas, regresar de un viaje de buceo por el Mar Rojo siempre se hace pesado.
Primero están las horas de navegación hasta regresar a puerto, horas que se aprovechan para ir aclarando y dejando secar todo el material utilizado durante los días de crucero.
Una vez que llegamos a puerto, en este caso la Marina de Hurgada, hay que esperar para coger el avión, como medida de seguridad y tras el nitrógeno acumulado es conveniente dejar pasar al menos 24 horas (mejor mas) antes de coger un vuelo.
Por este motivo es normal pasar una última noche de hotel o como en este caso en el propio barco amarrado ya. La Marina resulta un lugar curioso, es puerto muy cuidado y lleno de barcos que regresan tras finalizar sus cruceros de buceo (normalmente de una semana de duración) o de las salidas de día para turistas que quieren conocer algún arrecife cercano.
La proa apunta directamente a la mezquita que se alza apuntando al cielo de Hurgada, es hora de pensar en salir a pasar la tarde recorriendo la ciudad a pie, si, a pie, se hace raro después de tanto tiempo pisar tierra firme. Entre todos decidimos para la noche alquilar un autocar que nos lleve a cenar.
Mi compañero y colega Pepe Guijarro y yo decidimos tomarnos una foto en la cubierta superior con el mar al fondo, será un buen recuerdo para los dos de este viaje que hemos disfrutado tanto.
continuará...
Besos submarinos.
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