miércoles, 19 de octubre de 2011

Somiedo y el otoño que no llega II

A la mañana siguiente salimos de nuevo temprano, muy temprano, aún de noche dejamos atrás el albergue para tomar dirección al hayedo de la Enredada.


No contábamos ya con un amanecer espectacular debido a que el tiempo continuaba prácticamente igual, seco y con cielos rasos, sin embargo al llegar a Coto de la Buenamadre algunas nubes rosas teñían el pueblo justo antes del amanecer.


Comenzamos a caminar para llegar a primera hora al bosque, es una sensación muy especial encontrarse en el interior de un hayedo cuando aún no penetra en él la luz del sol, todo esta sombrío y apagado, si hubiera niebla sería perfecto.

Poco después el sol levanta y los primeros rayos que consiguen esquivar el entramado de ramas encienden y calientan algunas hojas, mostrando estas un precioso color.


En un hayedo hay multitud de formas caprichosas, desde las que forman los musgos, las hojas caídas y algunas ramas que se retuercen nada mas despegar del tronco del haya.


Poco a poco el interior se va iluminando y el paisaje cambia delante de nuestros ojos, hojas ocres destacan sobre fondos claros de hayas mas jóvenes, todo comienza a parecer una auténtica paleta de colores, según voy fijándome en cada detalle no paro de preguntarme cómo estaría este hayedo en con un otoño en su plenitud.


Casi todos los ejemplares de hayas son bastante jóvenes, sin embargo si encontramos varios de mayor edad, curiosamente alguno queda justo en el camino como indicando donde nos encontramos.


Durante toda la mañana no hemos encontrado absolutamente a nadie por los alrededores lo que hace que la sensación de soledad sea aún mas potente, solo escuchamos nuestras pisadas y los sonidos propios del bosque, a última hora descubrimos un haya espectacular, debe tratarse sin duda de un ejemplar centenario que ha crecido en una pendiente del bosque, aprovechando unos helechos verdes todavía la fotografío usándola como fondo, será el último recuerdo de la Enredada.


De regreso al pueblo saboreo los últimos instantes de este pequeño recorrido por el parque natural de Somiedo, quizás el otoño se haya mostrado un poco esquivo, pero eso no ha conseguido que no disfrutásemos de unas jornadas en plena naturaleza, y por lo que a mi respecta saldré de nuevo en busca de esos colores mágicos que nos ofrece el otoño.


Besos otoñales.

1 comentario:

  1. Siento que el otoño se muestre esquivo y no quiera representar su papel ante tu objetivo pero aunque el verde todavía domine Somiedo, sale muy guapo en las fotos.

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