La temperatura aunque fresca es ideal para estar deambulando por los alrededores del Yelmo, el silencio lo invade todo y uno se siente en un mundo muy especial rodeado de esas imponentes formaciones graníticas.
Desde un punto de vista bajo se descubren formas inverosímiles de rocas que muestran su silueta contra el firmamento, hay infinidad de posibilidades a la hora de componer.
Me llama la atención una "V" que forman dos rocas en su intersección y decido colocarme de tal manera que la luna coincida con ese espacio, tomo la imagen primero como un contraluz para después "pintar" con la luz de una linterna la superficie de las rocas que componen el encuadre, el resultado son dos imágenes completamente diferentes, ¿cual te gusta a ti mas?.
El Yelmo tiene también un aspecto maravilloso a estas horas, pero su tamaño hace que dibuje una silueta menos pronunciada, mas chata, sobre el cielo estrellado, aún así le dedico una toma para tener mi recuerdo personal de una noche que resulta una delicia.
Antes de acostarnos un último intento para capturar la belleza de estas paredes, se corresponden exactamente con el lugar que nos servirá de cobijo, es la vista que tenemos desde "la habitación-cueva" ya tumbados en los sacos y antes de cerrar los ojos que a pesar del cansancio se resisten a dejar de disfrutar.
Besos de granito.
Pues si que le has sacado partido a la escapada
ResponderEliminar