Cada día al recorrer el camino que va desde Sahún hasta Benasque atravesaba la pequeña población de Eriste, y a su paso justo enfrente del pueblo, el embalse de Linsoles situado en un espacio rodeado de montañas.
El agua calmada del embalse producía siempre preciosos reflejos, tanto de los grupos de árboles cercanos a la orilla como de las propias cimas nevadas.
Era evidente que el embalse por si solo merecía una visita mas profunda y no dejarlo en un simple paso de camino a la entrada del parque.
Un camino lo rodea desde el propio pueblo hasta las afueras, justo donde se sitúa una presa y una pequeña central hidroeléctrica.
Esa senda es utilizada por los habitantes de Eriste para pasear y caminar, para correr o disfrutar de sus mascotas. Desde luego es un camino perfecto para eso y para sentir la calma del otoño a cada paso.
El día que tome estas fotografías fue además un día de lluvia fina, un día nublado la mayor parte del tiempo, pero en el que el sol jugaba constantemente a esconderse y a asomarse, lo que lo convertía en día perfecto para disfrutar de un paseo otoñal.
Los únicos sonidos que se escuchaban eran los propios de las hojas del suelo tras cada pisada, salpicados en ocasiones por los graznidos de algunos patos, y así poco a poco y encaminando nuestros pasos hasta el final del recorrido, íbamos casi sin darnos cuenta despidiendo al otoño en esta parte del Pirineo Aragonés.
Besos pirenaicos.
....preciosa serie e idílico lugar
ResponderEliminarSaludos