jueves, 20 de noviembre de 2014

Viaje a Dolomitas - Cap. 5: Lago Carezza y Canazei

Terminaba nuestra estancia en Laives como punto estratégico para pasar los dos primeros días en la región de Bolzano. A partir de ahora cada día iríamos parando en un sitio diferente y siguiendo un plan que a cada momento estaba sujeto a cualquier cambio según lo que fuéramos encontrando.

El primer sitio a donde nos dirigíamos era el famoso lago Carezza.


Antes de abandonar Laives, me di una última vuelta por el camping, aquí dejo una pequeña muestra de las fantásticas intalaciones del camping Steiner, lo dejo porque yo también revisé muchos relatos antes de planificar mi viaje, y es posible que alguien lo vea y le sea útil, lo dicho, camping Laives-Steiner muy recomendable.





El lago Carezza es un lugar espectacular, pero muy concurrido gracias a su ubicación, practicamente pegado a la carretera.

Al lado contrario se ha dispuesto de un enorme parking donde dejar los vehículos y se cruza andando por un túnel que sale al otro lado de la carretera al borde mismo del lago.

Si algo tenía claro era que había que madrugar para poder disfrutar de la paz del lugar casi en soledad antes que apareciesen mas turistas.
 


 



Dicho y hecho, pudimos disfrutar el lago para nosotros solos, e incluso bordearlo por un bonito sendero entre pinos.

Al cabo de algo mas de una hora comenzaron a llegar algunos autobuses con turistas alemanes principalmente y fue el momento de continuar nuestro camino.


 

Pusimos rumbo a Canazei en el extremo septentrional de la Val di Fassa, provincia de Trento.


Es una bonita villa muy conocida principalmente por el turismo de nieve, en invierno tiene un aspecto de ensueño rodeada de imponentes montañas.



Sus calles está literalmente plagadas de pequeños hoteles o casas rurales, todas ellas guardan un aspecto muy tirolés, donde la madera es la protagonista, así como la infinidad de adornos en las fachadas.



Aprovechamos la preciosa mañana para tomar unas cervezas al sol en la terraza de una de las tabernas y nos dedicamos por un rato a contemplar el paso del tiempo.

Conocía de antemano, que a las afueras de la ciudad había una estupenda área de descanso para parar a comer, y así fue, resultó ser un sitio perfecto para preparar la comida rodeados de árboles y con servicios de agua y basura, todo el área para nosotros y otra pareja.

Después por la tarde subiríamos el puerto del Pordoi.



Besos

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