martes, 17 de mayo de 2016

Subida invernal al Montón de Trigo

A mi personalmente el Montón de Trigo me parece una montaña preciosa, su forma (de ahí su nombre), su cima aislada y siempre identificable desde lejos le hacen muy atractivo para subirlo en cualquier época del año, pero en invierno si cabe un poquito mas.


La mañana comenzó muy cubierta, cosa que a mí me gusta mucho para estas jornadas de pateo, no sé porqué, pero lo prefiero a un día despejado y soleado, hablo principalmente del invierno.



Por la mañana bien temprano nos equipamos en el parking de las Dehesas de Cercedilla, desde ahí comenzaría la subida.

Y es que nada mas empezar el terreno se pone cuesta arriba, primero vamos subiendo por las calzadas y pasamos los puentes para después tomar camino directo por la izquierda del arroyo hasta el puerto de la Fuenfría.


Al mirar hacia atrás vemos las siluetas nevadas de Peñalara y Dos Hermanas, también la cara norte de los preciosos Siete Picos, la sierra tiene un aspecto espectacular gracias a las últimas nevadas tardías.



Desde el puerto tomamos dirección hacia la cima del Cerro Minguete, pero en lugar de llegar hasta lo alto para bajar collado (que es lo normal), decidimos atravesar por la ladera nevada, este fue un pequeño fallo porque aún no nos habíamos equipado con los crampones y desde luego por esta zona se hacían muy necesarios.


Pero finalmente llegamos al collado que separa ambas cimas y podemos mirar cara a cara al Montón de Trigo que lo tenemos delante. Está completamente cubierto de nieve y por esta cara tiene un muy buena subida. Aquí se puede ver a Gloria frente a la montaña antes de iniciar su ascenso.



Finalmente decidimos separarnos, ella me va a esperar en una ladera a cubierto y yo voy directo hacia arriba, es una gozada porque la superficie tiene el punto perfecto de dureza para clavar con seguridad los pinchos, además no hay nadie y subo solo con el único sonido del viento a mi espalda.



Una vez en la cima, hay que hacer alguna foto de rigor como es natural, no quiero perder mucho tiempo, pero si que saco las vistas hacia Peñalara de nuevo y Siete Picos, me encanta esa silueta.

Y por último me tiro una foto a mí mismo, que si no, nunca salgo yo, será un bonito recuerdo de un día precioso.

Amenaza la lluvia como durante toda la mañana, así que comenzamos a bajar, todavía queda un buen trecho hasta llegar de nuevo a las Dehesas, pero lo hacemos con la sonrisa en la cara,


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