domingo, 8 de mayo de 2016

Midi Pirynees - Etapa 5: La Roque Gageac - Carennac - Loubresac

Esto de estar visitando pequeños pueblos con encanto y tener la sensación que cada uno va a superar al anterior se acaba convirtiendo en una sorpresa tras otra y en un vicio.

Solo era el segundo de los pueblos del Midi que visitábamos y guauuu, precioso por donde lo mires.

En muy poco tiempo nos plantamos en La Roque Gageag.

Antes nos habíamos despertado con las bonitas vistas desde el propio camping que apuntaban al castillo de Castelnaud la Chapelle, y cruzando el puente nos despedimos de nuestro primer pueblo de la lista, con gran satisfacción por la elección.

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La Roque Gageac esta situada entre acantilados y la Dordogne, su orientación sur le hace gozar de un clima prácticamente mediterráneo.


Es posible realizar diferentes recorridos por el río, tanto en barcazas que van y vienen constantemente como alquilando canoas y kayacs, en estos últimos existe la posibilidad de llevar incluido el almuerzo protegido en bidones estancos y para a disfrutar en cualquier bonito rincón de la orilla.

 

A medida que vas subiendo por las empinadas calles, se van bordeando los acantilados, las vistas hacia atrás no hacen ver lo cera que está Caastelnaud con su colina al fondo.



Muchas de las cuevas de antiguos asentamientos están hoy convertidas en preciosas tiendas donde artesanos de todo tipo venden sus productos al público. Se hace muy agradable, sobre todo hoy que aprieta el sol, resguardarse bajo la sobra de los árboles que cruzan los callejones.


Un último vistazo al río y a su calle principal, donde aprovechamos para comprar un delicioso pan y tomas unas cervezas, y nos ponemos de nuevo en ruta.




Por el camino paramos a comer en un prado disfrutando del paisaje, recogemos pronto para ir directamente a Carennac y tomar allí un café.


Llegamos por lo tanto en pleno medio día y el sol está en todo lo alto, la suave brisa ayuda a mitigar el calor desde luego.


Carennac es otro pueblo del valle de la Dordoña, desarrollado desde el siglo XI y tras la fundación de un convento que ocupa gran parte de sus muros.


Aquí la iglesia de Saint Pierre que fue reconstruida poco después de la guerra de los cien años.



Paseando sin rumbo encontramos una fortaleza donde tenía cabida una exposición que nos encantó, se trataba de piezas del antiguo castillo y además una colección de fotografías, todas ellas realizadas por fotógrafos de la zona, de los pueblos del valle de la Dordoña. Desde luego, en la recepción nos atendieron maravillosamente y en castellano, cuidando el mas mínimo detalle.




Y así fue transcurriendo la tarde hasta que nos plantamos en el último pueblo previsto del día, Loubresac, donde pasaríamos la noche en un camping a poco menos de 500 metros del pueblo.


Es un pueblo colgado de una colina, muy compacto, y todas sus casas son de piedra con los tejados marrones. Se entra al  pueblo por diferentes puertas en arco y visitarlo es un placer.

Ni que decir tiene que al igual que los anteriores, todo está perfectamente cuidado y limpio, siento mucha envidia (de la mala claro) cuando veo este tipo de cosas, con la cantidad de preciosos pueblos que tenemos en España, y a veces un poco abandonados.






Las vistas desde la parte alta del pueblo nos permiten ver varios valles, Dordoña, del Bave y del Cère.









Va cayendo la tarde y regresamos al camping, todavía tendremos tiempo de sacar algunos macros a la flora que tenemos a los pies de la parcela. El camping está literalmente metido en pleno bosque, las parcelas son enormes y al estar vacío podemos elegir colocarnos donde queramos.

Además, hoy es mi santo y nos vamos a preparar un pequeño homenaje, otro día estupendo sin duda.
 
  

 

continuará ...

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