lunes, 17 de diciembre de 2012

Safari en el Mar Rojo, capítulo VI: Big Brother el Numidia

Comenzábamos la inmersión en la parte mas cercana a superficie del Numida, pecio que se encuentra hundido en posición vertical y que al igual que su compañero el Aida se sostienen de forma milagrosa.

Practicamente todas las partes del barco están colonizadas por corales y esponjas, es sorprendente reconocer formas dentro de ese recubrimiento.


Álvaro me señala un rincón precioso, se trata de una cueva en la pared que tiene salida mas adelante, al entrar intento varios encuadres, es complicado colocar en tan poco espacio los flashes e iluminar una zona amplia. En la salida de la misma me "escondo" y apunto hacia afuera, los bordes de la pared están repletos y las gorgonias apuntan hacia el fondo, es realmente bonito.


Le pido a Pepe que se coloque tras los corales para fotografiarle, sé de buen grado que los fotógrafos solemos salir muy pocas veces en las fotos, salvo estos casos en que otro compañero se acuerda de nosotros.


Aprovecho en algunos encuadres para situar un buzo en el azul y dar sensación de distancia, así como completar la imagen con el sol medio oculto tras los corales para provocar ese degradado azul que tanto me gusta.


Tenemos una visita inesperada, mas que nada porque no le vi llegar, cuando seguía a Pepe algo mas arriba que yo, apareció por sorpresa un ejemplar de Napoleón, esta vez se trataba de un joven.


Viendo que se confiaba conmigo, me alejé un poco para tomar distancia y preparé un encuadre con un coral duro mientras de reojo le veía poco a poco acercarse, coloqué los flashes rápidamente y esperé el momento en que se acercase por la parte de abajo que le había reservado. Finalmente quedó algo mas rezagado de lo esperado porque luego hizo un cambio de dirección, menos mal que fui disparando para asegurar alguna toma.



Terminaba aquí mi regreso a estas pequeñas islas y quedaban por delante arrecifes y pecios del Norte del Mar Rojo y una travesía por un mar movidito que sería algo pesada, pero esta noche nos esperaba la primera y tan deseada nocturna.

Besos submarinos.

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