Diario del Valle de Tena, día 5: De camino al Midi

Y por fin llegó el día quizás mas esperado por nosotros, el día en que cruzaríamos a Francia para adentrarnos en el valle d' Ossau en un extremo del Parque Nacional de los Pirineos para subir a los lagos d'Ayous y pasar la noche contemplando el imponente pico del Midi.

Pasamos a Francia después de haber comido muy pronto, a eso de las 12, al final decidimos que la comida pesará menos en nuestros estómagos que en la mochila y de paso arrancamos con las energías suficientes; lo hacemos a través del puerto del Portalet.

Nada mas coronar el puerto y comenzar su descenso se empieza a apreciar un paisaje espléndido e infinito.


No tardamos mucho en coger el desvío hasta el parking de la presa de Bious Artigues, desde donde comenzamos la caminata, que está prevista en condiciones normales en unas dos horas, con algunos fuertes repechos.


Como quiera que siempre solemos ir bastante cargados (cómo pesa el trípode en días así...) nos vemos obligados a tomarlo con calma, hacer algunas paradas para descansar y de paso sacar algunas fotos para documentar.

Cuando aparece el primer lago, sabemos que estamos cerca, al fondo observamos una cascada totalmente vertical que cae desde donde se encuentra el siguiente lago.


Y por fin y ya en el tercer y último lago de la ruta aparece ante nosotros el refugio de Ayous, desde donde las vistas del Midi son espectaculares ya que su reflejo aparece como en un espejo en la superficie del gran lago.

Hemos llegado a tiempo de recorrer los alrededores del refugio y buscar algún encuadre para llegado el momento del atardecer tener todo claro. Realmente la foto resulta mas que obvia (y son muchas las tomadas desde esa misma posición), pero nos rendimos a su belleza.

Pronto empieza la luz a ganar en suavidad y en ese mismo momento tenemos la suerte de poder incluir en el encuadre al Midi y su reflejo y la luna en el otro extremo.


El cielo decide no regalarnos uno de esos atardeceres espectaculares, pero realmente aquí todo es espectacular, resulta un placer para los sentidos poder contemplar esta vista a medida que va atardeciendo.


Nos preparamos para cenar y después comenzará la jornada nocturna, promete ser una noche diferente a cualquier otra.


Besos pirenaicos.