lunes, 12 de septiembre de 2011

El viaje del Caracol, capítulo XIV: Saint Malo

Ya a media tarde llegamos a la ciudad corsaria por excelencia, Saint Malo.

Una ciudad abierta al mar, con una playa espectacular cubierta de enormes troncos en vertical a lo largo de todo el muro de contención y con un puerto prácticamente infranqueable gracias a sus islotes con fortalezas.


Al llegar la marea estaba baja, muy baja, ya que en esta zona como en casi toda Bretaña las mareas son tremendas tanto por su magnitud como por la velocidad con que se desplazan, a mi me parece que así el paisaje es mas atractivo, en la arena mojada se producen pequeños reflejos y comprendes lo enorme de la playa en estas circunstancias.


Una vez que llegamos a la ciudad amurallada conocida como intramuros y rodeada en forma circular, está presidida en su puerta principal por dos grandes torreones gemelos, y dentro parece un mundo de otra época, pintores y demás artistas trabajan en la calle, hay gente paseando pero sin llegar a ser agobiante.


Enfrente en uno de los islotes se observa el Fort National, muy cerca pasea la gente aprovechando que el agua ha retrocedido, en la pleamar queda totalmente rodeado por el mar.



Recorriendo las murallas me encuentro con una escena fascinante, un personaje local que hipnotiza a las gaviotas, son ellas las que le buscan y quedan encantadas con sus caricias, seguro que recompensadas con algo de alimento.


En una pequeña plaza donde está situada la casa de Quebec encontramos una estatua que apunta al mar, se trata de un famoso corsario nacido aquí mismo, Robert Surcouf era su nombre y regresó a Saint Malo después de hacer fortuna arrasando naves inglesas.


Continuando con el paseo descubrimos la catedral de Saint-Vicent de origen gótico y construida en el siglo XVII.


Después de regresar por la playa hacia la AC la atmósfera que rodea a la villa es muy marinera, con un cielo plomo y con cierta bruma, se hace muy agradable pasear en esos momentos, uno comprende porque se trata de una de las ciudades mas visitadas de Bretaña.


continuara ...

Besos

2 comentarios:

  1. Preciosa ciudad a la que volveré, pues me quedé con ganas de más, allí.
    Esos palos en la playa...que curiosos, verdad?
    Y las gaviotas, que confiadas son por esos lugares! Se acercan como nunca imaginaríamos, y prácticamente comían de la mano. Una pasada!
    Esperando la próxima entrada...
    Besos!

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  2. Me encantan las fotos de la playa con los troncos formando hileras.

    un abrazo

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