El día había sido muy denso y lleno de sorpresas agradables, pero sin darnos casi cuenta se nos esfumaba la posibilidad de completar el anillo de oro y tras Bressanona decidimos que mejor sería bajar hacia Bolzano para pasar buena parte de la tarde y disfrutar la ciudad pausadamente.
Bolzano es la capital del Alto Adigio y aunque lógicamente se habla italiano, existe casi un cuarto de población que habla alemán, de hecho es muy fácil sentirse en un pueblo de Alemania en muchos aspectos.
Sin duda las fachadas nos indican que estamos en pleno Tirol.
A pesar de ser la ciudad mas grande y poblada de la región, es muy cómoda y a ello contribuye necesariamente la idea de ser una ciudad entregada al transporte en bicicleta y a píe.
En ese sentido, todo son facilidades, hay infinidad de lugares donde poder aparcar la bici, donde lavarla, donde reparar un pinchazo o simplemente inflar las ruedas, una maravilla vamos.
Y eso se nota en el ritmo de la gente, es pausado y por lo menos en gran parte de plazas y calles apenas se oyen ruidos de vehículos a motor.
Para mi fue un día perfecto como primer arranque del viaje una vez ya en los Dolomitas, curiosamente estos primeros días se presentaron con un extraño calor veraniego y de regreso a Laives ya íbamos pensando en darnos un baño refrescante en la piscina del camping mientras nos tomábamos una cerveza, pero ante y a modo de despedida, disfrutamos de un helado casero viendo pasar la vida en la plaza principal de Bolzano, no hay prisa.
Besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario