martes, 24 de junio de 2014

Dibujando la costa de Galicia: La Toja - La Lanzada - Sanxenxo

Recuerdo que la primera vez que visité Galicia fue a las Rías Bajas y concretamente por la zona de la isla de La Toja. 

De esto hacía ya muchos años, era yo bien pequeño, en las sucesivas veces que me acerque por esta tierra nunca repetí visita, esta vez sin embargo lo tenía decidido, después de un recorrido tan amplio por las costas gallegas no iba a dejar pasar otra oportunidad, así que fui a encontrarme con recuerdos de la niñez.
 

Recordaba a la perfección la capilla forrada de conchas de peregrinos, con sus nombres y sus fechas.



Cierto aire añejo rodea La Toja, un aire que parece haber dejado las cosas tal y como estaban, como si por aquí el tiempo hubiera decidido detenerse y hacerlo por siempre.





Por encima de todos mis recuerdos, se encontraba sin duda el famoso puente, que tantas veces crucé de chaval desde O`Grove donde nos instalábamos con mi familia.




Una visita corta pero muy emotiva, el viaje estaba llegando a su final y me pareció un broche perfecto destinar algo de tiempo a volver a pasear por estos rincones, la mañana era preciosa y apenas nos encontramos con nadie, algo que todavía favorecía mas el poder perderme en mis recuerdos.


Iba a ser un día lleno de pequeñas paradas y todas con su importancia, a continuación la playa de la Lanzada, majestuosa como siempre, infinita y con unas vistas preciosas desde lo alto de la ermita.







Dejamos atrás mis recuerdos y nos sumergimos en los de Gloria que hacia mucho tiempo no regresaba a Sanxenxo, un pueblo precioso que aunque ha cambiado quizás demasiado en estos años, sigue conservando su aroma y su esencia.




El medio día nos conduciría a Combarro y tal vez quizás a Pontevedra para desde allí poner punto y final a esta bonita aventura en pleno invierno gallego, aunque no lo parezca.



Besos.

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