viernes, 26 de julio de 2013

La última luz del último día

Era mi último día de vacaciones y no quería dejar pasar ese momento, sin como en otras tantas veces contemplar la última luz del día. 

 

Ya de regreso y una vez procesadas muchas de las fotos traídas de esos días, comienzo a preparar diferentes entradas para este blog, esta en concreto la dejé hace unos días registrada en su versión borrador con el título que figura: "La última luz del último día", a la espera de terminar de redactarla.

Pensaba hablaros de lo que tantas veces ya he hecho, lo mucho que amo estar frente al mar y lo mucho que amo contemplar amaneceres y atardeceres, de lo que siento en esos momentos, de los sentidos, de las luces, de como se para el tiempo, etc etc.


Ayer quedé como muchos de vosotros estupefacto con la noticia del accidente de tren en Santiago de Compostela, y sinceramente no encontré el hueco para terminar de escribir esta entrada.


Ahora me doy cuenta que lo que iba a contar tiene mucho que ver con esa tragedia. Vivimos demasiado deprisa en todos los aspectos, y no nos paramos a disfrutar de las pequeñas-grandes cosas (en mi caso es ese contacto con la naturaleza y esos momentos que nos brinda, en el tuyo puede ser cualquier otra cosa), con esa prisa nos perdemos el presente, el ahora, ese maldito tren y el tren de nuestras vidas deberían frenar ya.


Por qué hay que esperar a que ocurra algo tan grave para que valoremos el día a día, por qué es tan difícil que dediquemos mas tiempo al amor, y no a las cosas que no importan y que sin embargo dirigen muchas veces nuestro rumbo.

Tenemos que esperar a algo así, a vivirlo en primera persona o a que alguien muy cercano a nosotros lo sufra para replantearnos tantas cosas.


En la medida que me es posible intento siempre disfrutar cada momento y apreciar toda la belleza que me rodea, a nadie le quiero indicar como tiene que hacer, ni mucho menos hacer demagogia, pero sirvan estas escenas de bonitos atardeceres para darnos cuenta que lo que importa es sentir plenamente y disfrutar por ello y de paso enviar calor a las familias de las víctimas.

Para mi solo fue la última luz del último día de unas vacaciones, pero para otros por desgracia lo ha sido literalemente.


Besos.

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