Por hacer vivac se conoce a un campamento improvisado y de carácter temporal, la palabra en sí hace referencia a donde se pernocta. Básicamente o dicho de otra forma "dormir a pelo", y, en este caso en la montaña, en la cima de este bonito pico de la Sierra de Madrid, la Peñota.
Este vivac forma parte de una salida con compañeros de Fonamad, salidas que ya venimos repitiendo desde hace unos años durante el verano. Elegimos una cima cercana para pasar la noche, de esta forma disponemos de buenos momentos de luz, tanto al atardecer como al amanecer en un entorno privilegiado.
Todos los que lo han probado han salido muy satisfechos de la experiencia de dormir al raso bajo un manto de estrellas.
Lo primero, y lo mas duro, es comenzar la dura subida que arranca desde las dehesas de Cercedilla, pero poco a poco vamos llegando todos y celebramos la llegada dejando las mochilas a un lado.
No hay mucho tiempo que perder porque las luces empiezan a tomar un colorido que a todos nos encanta, y el que mas o el que menos comienza a buscar donde colocar su equipo. Yo elijo para las primeras tomas apuntar directamente al sol que empieza a descender rápidamente justo por detrás de la cima central de la Peñota.
Después me dedico a localizar colegas desparramados y por la montaña agachados sobre sus cámaras, y es que el cielo nos deparaba una sorpresa en forma de unas preciosas nubes por encima de Siete Picos y Navacerrada.
Los colores se suavizan, pero no por ellos deja de mostrarnos el cielo escenas preciosas, a veces, simplemente con las estelas que las nubes dibujan sobre él.
A lo lejos el embalse de Valmayor en una dirección y en otra la Bola del Mundo.
Algunos decidieron aprovechar al máximo y dedicarse durante un rato largo a la fotografía nocturna, yo estaba muy cansado y con otros amigos nos dedicamos mas a la charla, con sus correspondientes dosis de risas.
Al caer la noche no tardamos demasiado en entrar en los sacos y echarnos a dormir, a la mañana siguiente tocaba madrugar para contemplar el espectáculo que representa siempre ver amanecer en la montaña.
Igual que la tarde anterior, tocaba de nuevo buscar posiciones en busca de un encuadre potente. Para esta ocasión elegí unas raíces secas sobre una roca y apuntar hacia La Maliiciosa, lugar justo por donde asomó el sol.
El amanecer no dura mucho, en seguida recogimos y desayunamos todos juntos con la sensación de haber disfrutado de otra salida de auténtica montaña. Ya solo queda desandar lo caminado el día anterior y por supuesto irnos a tomar las merecidas cervezas como colofón a una salida magnífica una vez mas.
Hasta la próxima !!
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