Dentro de esta maravillosa costa y sus increíbles paisajes, también tiene cabida otro tipo de paisaje mas íntimo, mas recogido, paisajes dentro de paisajes que nacen de la fusión de los dos elementos mas presentes en la zona, roca y agua.
Tras dejarme impresionar de nuevo por la naturaleza abrupta de Costa Quebrada, era hora de cambiar el objetivo en la cámara y la forma de mirar del ojo.
Era el momento para centrar toda la atención en pequeños rincones donde el agua se funde y se pelea incesantemente con la roca de estos acantilados, generando formas atractivas ante nuestros ojos.
Mirar y ver, observar y encuadrar, todo bajo el susurro del mar, así pasaban los minutos y me atrevería a decir que las horas, sin casi llegar a ser consciente del paso del tiempo, abstraído por completo en estos escenarios.
Besos quebrados.
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