Tengo la inmensa fortuna de haber ido acumulando experiencia y grandes recuerdos submarinos a lo largo de los años, desde inmersiones en grandes pecios, maravillosos arrecifes plagados de corales, buceos hipnóticos con mantas junto con los que resultan mis favoritos, los buceos con tiburones, hasta ahora una larga lista componen los que he tenido la fortuna de haberlos disfrutado: grises, martillos,, sedosos, limones, zorros, puntas blancas, puntas negras, oceánicos, ballena, nodrizas, caribeños etc,.
Pues a pesar de eso, la experiencia que he vivido y que cuento en esta entrada, representa sin duda un punto de inflexión en todo lo vivido bajo la superficie del océano, bucear con espectaculares ejemplares de tiburones tigre.
Llevaba años planteando esta posibilidad al grupo de amigos con los que he realizado numerosos viajes de buceo, hasta que por fin a todos nos cuadró y nos pusimos manos a la obra.
Cuando hablamos de tiburones tigre es imposible no hablar de Jim Abernethy, seguramente el mayor experto en estos animales a nivel mundial, y sin duda en un lugar que se encuentra en Bahamas, me refiero a Tiger Beach.
El tiburón tigre suele vivir en solitario, en aguas templadas o cálidas de todo el mundo, normalmente no a mucha profundidad, pertenece al género Galeocerdo, mide entre 3 y 7 metros y pesa unos 700 kilos. Sin duda es un gran depredador y predominantemente nocturno.
Una vez embarcados en el minúsculo barco de Jim, todos asistimos embelesados a sus instrucciones, sin duda el breefing mas largo que me han dado en mi vida antes de bucear, mentiría si no dijera que todos también teníamos nuestros traseros fijados con fuerza al banco del comedor...
Cuando a la mañana siguiente (pasamos toda la noche navegando desde la costa de Miami) llegó el momento de la primera inmersión, no dábamos crédito a ver la situación que en la popa del barco se había originado, estaba completamente rodeada de tiburones, principalmente limones y caribeños, la técnica para echarnos al agua que Jim nos había contado consistía en tumbarnos con el equipo puesto en la plataforma que se apoyaba en el agua, meter la cabeza bajo el agua, localizar y contar en la medida de lo posible los tiburones tigre que hubiese rondando por el fondo y echarnos si realizar demasiado ruido, descender por el cabo sin perder de vista a ningún tigre y una vez abajo, rápidamente colocarnos en formación de "U" de rodillas y dejar que fuesen ellos los que se acercasen a nosotros conservando siempre la calma...casi nada pensábamos.
Jim ha buceado tanto con estos tiburones, colabora ademas con diversas organizaciones que defienden a los tiburones de la caza indiscriminada a la que se ven sometidos, que muchos de ellos le llegan a reconocer, algo fascinante de comprobar.
No les pone cebo, ni mucho menos, utiliza un cajón metálico sujeto con una cadena enorme y una pesa de gimnasio, el cajón está perforado por agujeros que dejan salir el olor (o mas bien habría que decir el pestazo) que desprenden los pescados con los que lo han llenado, pero no los alimenta de forma artificial o lo que se conoce popularmente como feedeing.
En mi primera inmersión me coloqué lo mas cerca posible del centro de la formación esperando de esta forma poder realizar tomas mas cercanas y frontales. A la primera de cambio me vi frente a un tiburón tigre enorme que se me echaba encima y que cuando vi que ya no podía esquivar porque no podía doblarme mas hacia atrás golpeé con lo único que tenía en ese momento. Inmediatamente vi como me llamaban la atención con gestos y aspavientos, haciéndome ver que no debía hacer el gesto de golpear, sino simplemente colocar el equipo firmemente y dejar que el animal choque, de esta manera, y supuestamente, cambiaría de dirección. Yo pensaba para mi..."perdón, no estoy acostumbrado a ver una boca abierta de este tamaño delante de mis narices", pero capté el mensaje.
Contemplar a estos animales en su medio es algo que no puedo describir solo con palabras, y sin embargo fue a lo que nos estuvimos dedicando prácticamente sin descanso durante varios días, el resto del tiempo solo se empleaba para recuperar fuerzas comiendo y durmiendo.
Mención especial sin duda merecen las inmersiones nocturnas donde solo el equipo de Jim dejaba unos focos en el fondo cerca del cajón, el resto y los alrededores completamente a oscuras. Cuando o bien por tiempo transcurrido o bien por el aire consumido llegaba el momento de regresar al barco (algo que en este tipo de buceo se hace de forma individual y cuando cada uno quiere), resultaba "gracioso" girar la cabeza y no ver completamente nada y tener que guiarte por el resplandor de unas lucecitas que colgaban del barco allá a lo lejos cerca de la superficie, os puedo asegurar que el camino se hacia eterno.
Cada inmersión era sorprendente y diferente a la anterior, a pesar de repetir siempre los mismos patrones, en algunos momentos llegamos a coincidir con 4 tigres rodeando al grupo y eso suponía una locura porque otra de las instrucciones de obligado cumplimiento era avisar a tu compañero de enfrente si tenía a sus espaldas algún tigre con una seña con el dedo extendido, y claro, con tanto tigre suelto, todo el mundo parecía estar con la mano levantada, casi no me daba un respiro para seguir con las fotos.
Como decía al principio, supuso un antes y un después en el buceo, y seguramente que algún día repita, mientras intentaré completar mas la lista de tiburones con algún toro y algún gran blanco, pero los día pasado junto a mis amigo y al gran Jim son desde ya inolvidables.
Las siguientes imágenes está realizadas por Jim (también agradecer su dedicación para que tuviéramos recuerdos personalizados con estas fotos que nos pasó desinteresadamente), a mi es fácil distinguirme porque aparezco en la derecha de las imágenes con un doble flash con difusores blanco, salvo en la última que estoy de pie y a la izquierda. La primera imagen de este entrada donde aparezco acariciando a un tiburón limón también ha sido realizada por Jim.
Hasta la próxima!!
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