Habían pasado ya unos años desde mi ultima visita a Cabo de Gata, algo que había que remediar sin mas dilación, esta vez y aprovechando la camper, Las Negras fue el lugar elegido como campo base, a partir de ahí volver a visitar tantos y tantos rincones como esta zona nos ofrece.
Y es que todo el litoral del Cabo de Gata es un sin fin de calas, playas preciosas, miradores espectaculares y pueblos con encanto.
Uno de esos miradores espectaculares y que para mi siempre ha sido como una puerta de entrada al propio parque es sin duda el mirador de La Amatista.
Una de las mañanas decidimos bajar hasta el propio cabo y disfrutar de la que probablemente sea una de las vistas mas fotografiadas, tanto al atardecer como de noche, me estoy refiriendo a Las Sirenas. Como quiera que la hora del día era mas bien hacia la mitad del mismo y la luz por lo tanto mas dura de lo preferible, decidí hacer algunas tomas en blanco y negro.
Los siguientes días transcurrieron entre una calma muy buscada, no por ello dejé de visitar para refrescar los recuerdos playas tan míticas como Monsul o Genoveses, y tapear por San José, los Escullos, La Isleta del Moro etc.
Pero finalmente cada día siempre regresamos al pequeño pueblo de Las Negras, prácticamente sin gente en esta época del año.
Y en una de sus calas disfrutamos de muchos atardeceres y amaneceres que rematábamos con un refrescante baño justo antes de un completísimo desayuno. Momentos así son los que te hace ver qué poco se necesita para estar sentirte realmente completo.
Algunos días se despedían simplemente desde la orilla del mar, sin variar una composición elegida, ni siquiera los parámetros del disparo en la cámara, solo esperar a lo que el mar quisiera hacer, y cada toma era una sorpresa diferente a la anterior.
Al oscurecer del todo regresábamos andando para la cena, sabiendo que un día mas la naturaleza nos había regalado justo lo que necesitábamos.
Hasta la próxima!!
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