jueves, 28 de julio de 2016

Travesía Neouvielle 2015 - Etapa 4

Y llegamos a la que a la postre sería la última etapa de esta travesía, ya que decidimos hacer en una sola las que en principio iban a ser dos mas cortas.

La noche anterior nos fuimos pronto a dormir porque comenzó a llover de nuevo, sin embargo no debió durar mucho y pudimos descansar muy bien, desde luego que tenía en mente la idea de levantarme al amanecer esperando que tuviera buenas luces.

Para mi desgracia, el amanecer fue de lo mas soso posible, un cielo completamente despejado, solo pude jugar un poco con los reflejos de los picos sobre el lago de Madamette.






En cuanto la luz comenzó a ser mas dura de lo deseable llegó el momento de desayunar y reponer fuerzas. En poco tiempo y como cada mañana recoger el campamento para ponernos de nuevo en marcha.



Comenzamos a ganar altura, teníamos que coronar el collado que recibe el mismo nombre que el lago y el pico para poder asomarnos al otro lado y tomar camino hacia los lagos de Aubert y d'Aumar.




Al llegar a la cumbre ya divisamos a lo lejos la cima del Neovielle con su forma tan característica.




Una última mirada hacia abajo y comprobar que enseguida volvemos a juntarnos todos, es hora de hacer la foto de grupo y enfilar lo que queda de etapa, ya hemos tomado la decisión de hacerlo todo del tirón, simplemente pararemos a comer a orilla del Aubert y desde ahí hacia Ordedon nuestro punto de partida.





Uno de los puntos mas atractivos del descenso es sin duda la laguna de Groug de Neré, tomamos algunas fotos desde ras de la superficie del agua para captar en todo su esplendor los reflejos de los picos.





La bajada sigue siendo preciosa una vez superada la laguna, la verdad es que todo el entorno del macizo nos ha resultado espectacular durante estos días.






Por fin llegamos al lago de Aubert y disfrutamos de un merecido descanso en sus verdes praderas, el día es perfecto para tumbarse a contemplar este paisaje. Nos tomamos la comida con tranquilidad sabedores que solo queda un último esfuerzo para descender hacia el lago Ordeon, decidimos hacerlo atravesando los pequeños lagos (laquettes) en lugar de por la pista.





Finalmente todos llegamos muy felices de una nueva experiencia en Pirineos, la ruta nos ha encantado, tanto que en breve este año volveré a estar por estos lares comenzando una nueva travesía pirenaica que me conformo con que resulte tan bonita como lo ha sido esta.


Besos de montaña.

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