La terrestre (por lo menos en este país) suele ser muy huidiza, es complicado encontrar una situación en la que seamos capaces de acercarnos lo suficiente para fotografiar a un animal sin necesidad de grandes objetivos o hides (escondites).
Se puede decir que ocurre lo mismo con la fauna submarina, en ocasiones es incluso mas esquiva y solo la paciencia nos dará una oportunidad de acercarnos lo suficiente.
En mi caso lo que intento una vez localizado el individuo es acercarme exageradamente despacio y ni siquiera ir de frente, como si la cosa no fuese con el... por supuesto sin mirar también.
Voy disparando algunas fotos solo para que vea que mis intenciones no son malas, que solo busco sacar alguna foto y marcharme sin molestar.
Sirva de ejemplo esta serie de acercamientos sobre un falso abadejo que descansaba sobre una roca y que en un principio no se mostraba muy seguro de permanecer quieto ante mi presencia.
Besos submarinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario