Las primeras luces del día nos despertaron tras una noche tranquila y muy especial, al final todos conseguimos descansar lo necesario.
Al estar "encerrados" en un valle rodeados de montañas las luces del sol no llegan al interior hasta que este se encuentra muy alto.
De manera que para tomar alguna imagen interesante hay que esperar a que las puntas mas altas se "enciendan" y tomen color.
Decidí dar una vuelta por los alrededores de la charca donde la noche anterior había fotografiado ese cielo estrellado.
Ahora me centraría en algún encuadre mas abierto de la misma y en las innumerables cascadas que caían por las paredes de roca.
Tras pasar un buen rato buscando escenas, y sabiendo como sabía que no iba a tener un amanecer espectacular debido a ese cielo despejado de nubes, llegó el momento de regresar y recoger, no sin antes tomar algunas instantáneas de nuestro rinconcito donde habíamos pasado la noche a modo de recuerdo.
Solo nos quedaba recuperar fuerzas con un buen desayuno y comenzar de nuevo la marcha, esta vez de regreso a casa, la última foto nos la hicimos todos juntos.
No será la última vez que venga a este maravilloso lugar, esta ocasión fue mas especial porque tanto Sandra como Emma y hasta el propio Guille se estrenaban en este tipo de aventuras, un beso muy fuerte para ellas.
Besos montañeros.
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