Tras una noche mucho mas tranquila que la anterior y mas descansados, nos levantamos para ver el amanecer. Me posiciono en un ángulo muy bajo justo delante de la charca seca para sacar al fondo la silueta de la Brecha de Rolando.
Continuábamos sin tener suerte con la luz y el cielo mostró un aspecto medio cubierto, sin grandes excesos. La paz que respiramos mientras tomábamos estas imágenes es tremenda, nos sentimos relajados y disfrutamos el momento.
Tras el desayuno, como siempre a recoger y de nuevo a ponerse en marcha, hay que aprovechar bien las primeras horas del día, no vaya a ser que después tengamos una jornada calurosa.
Evitamos un paso de clavijas al fondo del valle que superaba una pared vertical, para ello damos un rodeo por la izquierda que poco a poco nos va llevando a la parte alta, nada mas aparecer allí, el paisaje vuelve de nuevo a cambiar.
Estamos practicamente a la mayor altura de la travesía, rondando los 2500 metros, el terreno se presenta árido y ahora nos enfrentamos a una sucesión de pequeños valles todos seguidos unos detrás de otros. Las dimensiones del paisaje solo se aprecian incluyendo en la imagen a otros montañeros.
Recuerdo esta mañana de manera especial, el silencio, los espacios abiertos, la impresionante vista de los tres miles a mi izquierda me hacen encontrarme disfrutando del momento, físicamente estoy de lujo y el esfuerzo lo llevo muy bien, nada como retomar fuerzas y descansar bien.
continuará ...
Besos pirenaicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario