La tarde caía inexorablemente y el cielo a pesar de continuar despejado como había estado a lo largo del día, ya presentaba unos ligeros tonos pasteles.
La Renegá es una zona de rocas que se sitúa en la parte de costa que sale desde el puerto deportivo, no se trata en absoluto de acantilados, simplemente las rocas se funden con el mar.
No es fácil encontrar aquí primeros planos que resulten muy atractivos, aunque al llegar, una roca asomaba en forma vertical sobre las demás que aparecían tumbadas y este pequeño detalle fue el que me hizo estar un buen rato probando diferentes encuadres.
Mas tarde y al cambiar de posición, algunas piedras en la misma orilla eran bañadas constantemente por el agua y la espuma de las olas en su ir y venir sin descanso, estuve probando diferentes velocidades de obturación en función de cómo llegaban las olas, con mas o menos fuerza, mas o menos bajas.
Jugando con todos esos parámetros y observando los dibujos que la espuma forma cuando regresa al mar y va chocando con cada elemento, pasé un rato muy especial, probando distintas pinceladas.
Unas cuantas versiones mas y la luz del atardecer poco a poco como cada día, va dejando paso a la noche una vez mas, qué bonito es ver lo cotidiano con los ojos de quien todavía hoy se sigue ilusionando con todo.
Besos playeros.
Preciosas imagenes y suave color. Sorprende como encuentras la belleza en cualquier sitio. Mientras que otros nos proponemos ir a lugares lejanos para encontrarla.
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