Quedan realmente pocos viernes para que acabe el año y hoy he pensado en una canción de Enrique Bunbury.
La fotografía está tomada en el parque del Capricho en Madrid, un banco solitario casi escondido entre jardines y nadie, absolutamente nadie alrededor, hay muy poca gente.
Es curioso como cada vez somos mas y mas y sin embargo hay muy poca gente...
"Nada puede dañarme con mis amigos
Nadie puede, nada puede
Las palabras no sirven para nada
Y empiezo a pensar que en realidad
Hay muy poca gente
Y abrimos las puertas, quizás por costumbre
tal vez por búsqueda inocente
y nos encontramos..."
Nadie puede, nada puede
Las palabras no sirven para nada
Y empiezo a pensar que en realidad
Hay muy poca gente
Y abrimos las puertas, quizás por costumbre
tal vez por búsqueda inocente
y nos encontramos..."
Besos musicales.
Muy buena comparación, imagen-música...., cada día hay menos gente.
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