Somiedo y el otoño que no llega I

Definitivamente el otoño no quiere este año aparecer por nada del mundo, eso o que el verano se resiste a irse.

Este fin de semana, cansado ya de esperar me fui junto con mi amigo y gran fotógrafo José Ángel Izquierdo, en busca del otoño a una de las zonas mas bonitas de Asturias, el Parque Natural de Somiedo.


Elegimos como punto base el pequeño y bonito pueblo de Saliencia, de esa manera teníamos muy cerca los lagos de Saliencia, así como el Lago del Valle y también tendríamos posibilidad de visitar el hayedo de la Enramada cercano a la Pola de Somiedo.

Llegamos el viernes ya por la noche y nos instalamos en el cómodo albergue de Saliencia, mientras charlábamos con los encargados de nuestras intenciones fotográficas, estos nos invitaban a unos chupitos de orujo de sidra, una delicia de la zona.


A la mañana siguiente nos despertamos aún de noche con la intención de visitar el Lago de la Cueva, el primero con el que te encuentras una vez que coronas el alto de Farrapona.

El amanecer resulta muy soso ya que llevamos muchos días con cielos rasos y por desgracia el lago presenta un nivel bastante bajo, todos los lagos están comunicados y se tira de ellos para regadío, os podeis imaginar que después de meses sin llover no pueden presentar su mejor aspecto.


Al salir de Saliencia vamos bajando el valle donde el río queda completamente encerrado entre las dos laderas, lleva agua pero parece casi un paisaje de primavera, el color verde sigue siendo el predominante.



Tras degustar un estupendo pote con sus correspondientes sidriñas en la Pola de Somiedo nos dirijimos hacia la pronunciada subida que sale desde Llamardal para ascender a un collado desde donde disfrutar de la vista, al fondo la Braña de Mumián, un conjunto de cabañas o teitos donde antiguamente hombres y animales compartían un mismo espacio.


Regresamos por donde habíamos subido, queda mucho camino que deshacer y queremos acercarnos a Coto de la Buenamadre para encontrar la otra entrada al hayedo donde hemos decido acercarnos durante la mañana del domingo.


Antes de entrar en Coto en un escorzo de la carretera cruza el río, nos adentramos y seguimos su curso río arriba hasta que encontramos un precioso rincón donde un remanso de agua crea unos preciosos reflejos, es en esos momentos cuando el tiempo pasa sin darte cuenta, el silencio solo roto por el agua al caer en pequeños saltos y el crujir de las hojas secas que cubren el suelo hace que la tarde se difumine poco a poco.


El otoño solo nos regala muestras de su color con cuentagotas, pero hemos disfrutado de una jornada muy intensa en un entorno verdaderamente espectacular como es este del Parque Natural de Somiedo.

Besos otoñales.