El primer día completo en Las Landas iba a ser un día en que el contador de kilómetros se quedase a cero por primera vez en todo el viaje, salvo el de nuestras piernas.
La mañana se presentó deliciosa, una temperatura y un ambiente ideal para disfrutar de un paseo por la infinita playa de Biscarosse, el cielo cubierto y una neblina en el aire creaban una atmósfera muy relajada, la brisa en la cara se encarga del resto.
A lo lejos en el mar muy cerca del horizonte, una tormenta comienza a dibujar nubes de azul intenso y cortinas de agua, la luz en todas partes es preciosa, para mi sin duda esto es una mañana perfecta junto al mar.
En el cielo algunas cometas de los sky-surf dan un toque de color, durante horas, paseando por la arena fina no nos hemos cruzado con nadie, por eso cuando encuentro a una mujer solitaria decido incluirla en algún encuadre mientras la tormenta al fondo amenaza con acercarse a tierra, la imagen con la figura humana da una dimensión del enorme paisaje que dibuja esta playa.
La marea baja con rapidez y deja restos del mar en la orilla, la arena queda con un fina película de agua donde se reflejan las nubes.
Ya de regreso, una cabaña que hace las veces de chiringuito en los meses de verano permanece cerrada cuando comiezan a caer algunas gotas, qué gozada sentir la lluvia en la cara.
¿Quieres venir a pasear conmigo?
Besos.
Pues la verdad si que invitan a pasear, muy guapas
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