La Sierre de Gredos es siempre uno de esos lugares recurrentes a donde volver cuando quiero calmar el ansia de montaña, su espectacular circo es un sitio que trae recuerdos de noches bajo las estrellas, de amigos y de aventuras.
Esta vez, nos dispusimos a ver amanecer desde los primeros tramos que llevan hasta la gran laguna, con el fin de aprovechar los saltos y rincones que el deshielo dibuja en el arroyo en pleno descenso hasta el valle.
Disfrutamos un buen rato mientras las luces del cielo nos permitieron coger color en nuestras cámaras, primero apuntando hacia abajo y después que el agua viniera hacia nosotros.
No fue desde luego lo que se dice un amanecer espectacular ni en colorido ni en nubes, pero sin duda que el grupo de amigos lo disfrutamos como siempre, estábamos completamente solos a esas horas y dispuesto cada uno en su encuadre elegido solo el sonido del agua nos acompañaba en frío intenso.
Habíamos pasado un rato la tarde anterior comprobando como la subida se encontraba totalmente helada y para pasar por las primeras cuestas se hacia necesario el uso de los crampones por seguridad, así que después de las primeras horas el objetivo cambio en busca de formas heladas en las orillas del arroyo, aprovechando cualquier hueco a la sombra, el hielo dibuja escenas preciosas y así, continuamos a lo largo de gran parte de la mañana.
Hasta la próxima!!
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