Hace unas semanas que dediqué en el blog un par de entradas a Chauen, este maravilloso lugar de Marruecos, una primera dedicada a sus gentes, auténticos protagonistas sin duda, y una segunda a los gatos, que de alguna manera también lo son dada su presencia constante.
Hoy solo os quiero mostrar algunos rincones de sus calles, sin nada mas, en estado puro, y es que podéis comprobar estas son en muchos casos auténticos lienzos.
Desde lejos Chauen parece un amasijo de casas unas superpuestas sobre las otras, y destaca mucho un claro color azul dominante sobre la montaña que la rodea, es una vez que te zambulles en sus calles cuando comienzas a descubrir mil y un rincones a cada cual mas sorprendente y hermoso.
A cada paso, pequeños detalles llaman la atención del fotógrafo y cruces con empinadas cuestas se muestran como cuadros mientras caminas sin nadie aun trabajando.
Esquinas sorprendentes, arcos, escaleras de colores, pasadizos y paredes encaladas mezclan con colores vivos de plantas, macetas, dibujos y sacos de especias como si tuviéramos infinitas acuarelas ante los ojos.
Por si todo lo anterior no fuese suficiente, entra un nuevo elemento para dar mas magia si cabe a esta ciudad, la luz, esa luz que se cuela por rendijas que genera sombras frías en los callejones, que dibuja bonitos claroscuros y que parece incendiar algún pequeño detalle metálico sobre puertas o ventanas, un deleite para el que mira y disfruta con ello.
Hasta la próxima!!
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