sábado, 15 de febrero de 2020

Tiger Beach - Los otros tiburones

Ya expliqué, como pude porque no era sencillo, las sensaciones tan bestiales que se tienen al bucear con tiburones tigres, pero por si todo esto fuese poco, es que Tiger Beach es mucho mas que tiburones tigres, lo intentaré demostrar con esta entrada.

shark



Pues si, la estrella es sin lugar a dudas el tigre, por su tamaño, su majestuosidad y lo que representar como gran depredador solitario.

Pero disfrutamos muchísimos con otros tantos tiburones, igualmente preciosos, aunque para un enamorado de los tiburones todos se lo parecen, igualmente elegantes y poderosos.

El mayor numero en presencia era de tiburones caribeños, de un tamaño que oscilaba entre los dos metros y los dos metros y medio. Muy esbelto y muy rápido en sus movimientos cuando acelera, aunque entre nosotros pasaba con cierta parsimonia. Fotografiar su silueta contra la luz que se filtraba en los azules era una maravilla.









En segunda posición en cuanto a número, estaba el tiburón limón, que oscila entre dos metros y tres, aunque se han registrado algunos casos de hasta cuatro metros. Se le conoce con este nombre porque a ciertas profundidades la luz incidente sobre el agua del mar le hace parecer que tuviera una capa amarillenta.

Su piel es muy áspera al contacto con la nuestra (la primera foto de la entrada anterior, es un tiburón limón con el que aparezco acariciando), y pasaban tan cerca de nosotros que muchas veces nos golpeaban sin querer.

He de decir que al igual que había una seña para hacernos ante la presencia de un tiburón tigre, también la había para indicar la presencia de otros tiburones (brazo extendido y meñique hacia arriba), seña que rápidamente todos dejamos de hacer ante la gran concentración de ellos, era imposible y bastante teníamos con señalar a los GORDOS.





La observación de los tiburones en todas las inmersiones era siempre manteniendo una formación en "U" y con los buzos de rodillas, yo siempre que podía procuraba situarme lo mas en el centro posible para tener imágenes mas impactantes, pero llega un momento que a nivel fotográfico buscas otras cosas, y yo que soy un enamorado del paisaje (fotografía de ambiente en fotosub), necesitaba salirme de esa formación y buscar otros elementos.

Los fondos no son esos maravillosos fondo de paredes coralinas ni mucho menos, en su mayoría son de suelo arenoso y nada mas, así que cualquier pequeña rama de coral o roca con cierto color me servía para esconderme y con un brazo llamar la atención de algún tiburón, de manera que cuando pasase lo mas cerca posible ya me tenía preparado con el encuadre y los parámetros del disparo, su presencia completaba la escena deforma magistral (todas la fotos se recomienda clickar para verlas en grande, pero en especial as verticales).














Hasta hubo tiempo de fijarse en otra fauna, muy habitual en otros destinos de arrecife, como peces ángel, león, globo, meros, etc.

Incluso alucinamos cuando una rémora de un tigre se despego de su "cliente" habitual para posarse en el fondo, nos dimos cuenta de lo grande que era, y es normal, si el tiburón es grande...

También participamos en la suelta de bebés tortuga, tanto carey como verde, y fue precioso echarlas al mar desde el barco, a continuación todos en snorkel nos tiramos al agua para despedirlas, una monada como podéis observar.












En lo que avistamientos posibles se refiere, no en todos los viajes tienes la suerte de hacer pleno, hablamos de fauna salvaje y aparecen si están por aparecer. Pero desde luego en este viaje a Bahamas tuvimos toda la suerte del mundo, haciendo un pleno con un animal increíble y que por la época del año no era sencillo poder verlo, me estoy refiriendo al martillo gigante o Mokarran.

Las hembras llegan a alcanzar lo 4,8 y 5,1 metros de longitud. Este ejemplar era una preciosa hembra a la que todos conocían como Pocahontas, en cuanto aparecía todo era alegría y excitación, hasta tal punto que si te pillaba descansando de alguna inmersión en la plataforma del barco y sonaba su nombre por los altavoces del equipo de comunicación de Jim, no tardábamos nada en volver a equiparnos y echarnos de nuevo al agua.

Su cabeza en forma de "T" era enorme debajo escondía esa peculiar boca que tienen los martillos, sus pasadas a ras del suelo nos dejaban sin aliento.






Cuando me separaba del grupo para irme en busca de complementos para las fotos de ambiente, se lo indicaba siempre al guía, no se fuesen a llevar un susto en cualquier recuento, aunque aquí el buceo es un constante ir y venir de buzos, no hay como tal una inmersión planificada con su inicio y su fin.

A veces al regresar, mi amigo Gabi me miraba pensando de donde viene este ahora, yo simplemente le fotografiaba rodeado de tiburones y nos reíamos.




No todo el mundo estaba convencido después de vivir las primeras inmersiones de hacer lo propio en las nocturnas, de hecho hubo gente que no las hizo directamente. Sin embargo para mi y mis colegas resultaba un extra de adrenalina si cabe.

Resultaba fascinante ademas comenzar a reconocer a ciertos individuos que habíamos visto durante el día, bien por sus marcas o arañazos o por desgracia por lo restos de algún anzuelo en sus mandíbulas.










Al estar a poco profundidad y querer captar la luz que cae desde superficie hasta las profundidades para tener así el precioso degradado del azul, en muchas ocasiones en la imagen se apreciaba la silueta del barco o el cabo que llevaba hasta el. Una esponja, un alga o lo que fuese me servía para tener una foto del tiburón con algo del entorno y no solo navegando en el azul limpio.








Fueron pasando los días y todos éramos conscientes de estar viviendo una experiencia cuanto menos inolvidable. hasta en la última inmersión, supuestamente ya en una zona sin tiburones y sobre un pequeño pecio, tuvimos visitas de limones y caribeños, entendimos que era su forma de despedirse de nosotros.

No quise perder la ocasión de tomar una foto mientras salía del agua y ascendía al barco por el cabo, la imagen cenital deja a las claras como nos colocábamos y la gran afluencia de tiburones constante.

Al finalizar la última de las inmersiones nos hicimos una foto de grupo para inmortalizar un viaje tan deseado como disfrutado, no puedo por otra que dedicar estas entradas a mis amigos (de izquierda a derecha) Pedro, Manolo, Pili, Ester, Esther, y Gabi.

Ya en superficie, mis amigos Gabi y Pedro y yo mismo (el trío mantitas) nos hicimos una última foto.






Hasta la próxima!!

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