viernes, 21 de febrero de 2020

Oporto, una escapada perfecta

En mi caso la visita a Oporto formaba parte del comienzo de una semana de vacaciones por un trocito del litoral de Portugal. Pero he de decir que Oporto en sí misma es una preciosa ciudad que merece mucho la pena para descubrirla en una escapada perfecta. sin duda.

La vista mas hermosa de la ciudad, y la mas reconocida, es justamente desde la orilla contraria del Duero, en Vila Nova de Gaia, ahí donde puedes observarla con todo su esplendor, donde asomas las casitas coloridas del barrio de la Ribera, los diferentes puentes y las siluetas de los edificios mas emblemáticos.




En esta orilla podemos disfrutar de una cata de porto en las bodegas Sandeman, Taylor´s, Graham´s y Calem, coger el teleférico, disfrutar de las múltiples terrazas o embancarte en los cruceros que recorren el río arriba y abajo.


Uno de los símbolos mas evidentes de la ciudad es el puente de Dom Luis I, desde donde los chavales saltan a la espera de ganarse con ello algunas monedas de los turistas.







Al finalizar el cruce ya podemos disponernos a recorrer la ciudad en el sentido que queramos, yo en este aspecto siempre opto por perderme, no suelo seguir nunca un itinerario concreto y ante cualquier cruce elijo la calle mas estrecha esperando que me lleve a descubrir rincones maravillosos de la ciudad.




Es una ciudad realmente cómoda de recorrer, y en 2 o 3 días es posible llegar a conocerla si estas dispuesto a patearla, algo que se lleva con gusto.

Nunca hay que dejar de mirar a lo alto, puesto que muchas fachadas están vestidas con cerámica de azulejos que durante el reinado de Manuel I fueron traídos desde Sevilla en el siglo XV.






Solo en el vestíbulo de la estación de Sao Bento se exhiben 20.000 azulejos que describen diferentes momentos de la historia del país vecino. Es desde luego para echar un tato contemplando estas preciosas paredes.








Desde las escaleras de la catedral de Oporto pudimos asistir a un espectáculo auténtico, escuchando a varios artistas cantar en directo fado desde las ventanas de las viviendas de enfrente que daban a un callejón, donde todo el mundo asistía en completo silencio ante lo imponente de semejantes voces.

Fue uno de los momentos mas bonitos del día, de esos que perduran luego en el cajón de los recuerdos imborrables.








En Oporto, por si fuera poco, se come muy bien y barato, si te atreves, no dejes de probar un bocado conocido como francesinha, autentica bomba calórica. También aconsejo para los enamorados del café, disfrutar sin prisas de una degustación, a mi me supo a gloria.

Y para los seguidores de Harry Potter, visita obligada la La Livraria Lello (ojo que hay que pagar entrada) con mas de 114 años de antigüedad y uno de los edificios mas conocidos de Portugal, donde la escritora J.K. Rowling vivió durante los 90 y le sirvió de inspiración para después escribir la serie del famoso mago.

También son muy famosos sus viejos tranvías, sobre todo el 22, que sale de la iglesia del Carmo (en la plaza de la Cordoaria) y llega hasta la plaza de la Batalla, o viceversa.

Si como decía antes, te gusta el café, tendrás también una parada de obligado cumplimiento en el Café Majestic.

Y si lo que quieres es una panorámica de la ciudad, entonces sin duda apura los 225 escalones de la torre de los clérigos porque la vista merecerá la pena.










Hasta la próxima.

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