Una año mas llegaba el momento de decidir donde realizar mi querida travesía pirenaica que poco a poco se ha convertido en un clásico de las vacaciones estivales.
Esta vez la zona elegida fue el macizo del Neouvielle, así que el recorrido sería integro en territorio francés.
Y antes de comenzar con mas detalles, lo primero es dedicar estas entradas a mis compañeros de aventuras, a Cristina que se estrenaba en estas travesía y a Gloria que me ha acompañado en todas las que llevo realizadas.
Lo primero fue diseñar un recorrido circular, y esta vez no fue nada sencillo, la zona tiene tantas posibilidades que me costó decidirme, en la siguiente foto se puede apreciar el recorrido que finalmente realizamos.
Ya adelanto, que nos gustó tanto que este año se repite zona, pero con recorrido diferente.
Llegamos una tarde de sábado al lago Oredon, teníamos reserva en el refugio, así que pasamos la tarde descansando, probando la deliciosa cerveza artesanal, picoteando, contemplando las preciosas vistas desde la terraza del refugio, etc etc.
Después de cenar y tomarnos un licorcito, llegó el momento de irnos a descansar, mañana comenzaba lo "bueno".
Ya desde la ventana el refugio vimos las primeras luces reflejarse en las aguas del lago, las ganas por comenzar eran muchas.
El desayuno también lo tomaríamos en el refugio, y a partir de aquí ya seriamos autosuficientes durante los próximos 4 días.
Nada mas comenzar y desde la misma puerta del refugio hay que subir un fuerte desnivel que nos llevará al collado de Estoudou, para después descender y llegar a orilla del lago Oule.
En cuanto ganamos altura ya podemos disfrutar de unas magníficas vistas del Neouvielle.
Hemos decidido bordear el lago por su parte izquierda y parar en sobra a comer, el calor aprieta bastante y eso mella las fuerzas.
Una vez repuestas las fuerzas comenzamos de nuevo una larga subida que nos llevará a los lagos de Bastan, atravesaremos de forma seguida el largo inferior, el del medio y el superior, este último es nuestro destino y el lugar elegido para pasar la primera noche.
Nos damos cuenta pronto que estamos en un territorio espectacular, salpicado de lagos de gran belleza y picos afilados en el horizonte.
Atravesamos el lago del medio y el entorno es ya de ensueño, a nuestros pies aparece el pequeño pero encantador refugio de Bastan, desde el que se contemplan los lagos que acabamos de atravesar.
Y tras dejar atrás el refugio, por fin ante nosotros el lago Bastan superior. Habíamos llegado a una hora muy buena, con suficiente tiempo de montar el campamento, descansar y alguno hasta de darse un chapuzón en sus congeladas aguas.
Concluía una primera etapa siempre llena de incertidumbres, pero realmente todo había salido según lo esperado y ahora solo teníamos que disfrutar del lugar donde hoy dormiríamos y plantar nuestras cámara a a orilla del lago y gozar con nuestra pasión por la montaña y la fotografía.
continuara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario