La segunda etapa del viaje iba a transcurrir completamente por el pirineo francés, y tras abandonar la zona del Midi nos dirigimos sin ninguna prisa hacia una de las subidas míticas del Tour de Francia, el Col d'Aubisque.
La mañana de esta etapa iba a ser un constante sube y baja por unas preciosas carreteras, en estos casos, o por lo menos a mi me ocurre, se hace una delicia conducir. Disfrutas del paisaje con calma, decides parar cada vez que te apetece echar un vistazo o simplemente por el placer de detenerte a respirar.
Y así, poco a poco, llegamos a la cima, desde donde las vistas son espectaculares, tanto o mas que las esperadas. El día es precioso realmente, la nubes van y vienen de forma constante, de manera que a ratos parece un día del todo despejado y a ratos toda la montaña queda casi cubierta.
Es un magnífico lugar para parar a preparar la comida, además de las vistas que te hipnotizan, contamos con la presencia de caballos que se acercan a los moteros o a los que como nosotros hemos hecho del lugar parada en busca de algo que llevarse a la boca o de algunas caricias.
Y tras la comida, de nuevo en ruta y de nuevo a comenzar un descenso entre un mar de curvas sin fin, la sinuosidad de la carretera mezcla de maravilla con lo profundo del paisaje y antes de montar, unas últimas fotos como recuerdo.
Llegamos a la coqueta Cauterets, lugar en el que pensamos pasar la tarde y en el que mas tarde decidimos también pernoctar, mas bien en un camping a las afueras.
La ciudad está de fiestas y la plaza muestra un ambiente de jubilo, nos encontramos con algún improvisado escenario donde los mas pequeños dan muestra de sus habilidades frente al caraoke y al baile.
La ciudad es conocida por sus baños termales principalmente, muestra signos de un resplandor anterior donde lo mas granado de la vieja Europa residía en vacaciones.
A nosotros nos gustó mucho el paseo, pudimos visitar algún pequeño puesto e incluso aprovechar para alguna compra pendiente.
La idea era llegar esa misma tarde a Gavrnie, sin embargo, como he dicho, preferimos quedarnos por la zona y el camping nos pareció encantador además de estar completamente solos, una delicia, así que nos instalamos y tras una reparadora ducha nos entregamos a la relajación total.
continuará...
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