jueves, 19 de mayo de 2016

El oro de Canencia

Así es, Canencia tiene oro, pero un oro muy especial. El que reflejan sus arroyos en otoños cuando las primeras luces se cuelan entre el bosque y llegan al agua.

No creo que haya otoño en el que por lo menos una vez acuda a este lugar, sus colores en esa época del año son preciosos y está lleno de pequeños rincones entre salto y salto.


Recuerdo que la mañana era tremendamente fría ese día, a primera hora y con todo el bosque en sombre, las manos se congelaban en cada encuadre.


Estos rincones, tantas veces examinados, siempre me sorprenden de nuevo y atraen para que me deje seducir durante un tiempo y vuelva a mirarlos con una mirada distinta.

De primeras comencé con tomas que captasen parte del paisaje, con algo mas abierto que exclusivamente el salto de turno.



Mientras esperaba a que llegase el momento "dorado", poco a poco me iba centrando mas en encuadres mas cerrados, estudiar los dibujos que realiza el agua a su paso, o incluso alguna pequeña seta que aparece en mi camino.







Y en eso que la luz comienza a filtrarse como esperaba y en unos momentos la superficie del arroyo pasa a convertirse en oro, no hay tiempo que perder y tras algunos intentos con pequeños rincones, me entrego del todo a la búsqueda de algo mas abstracto, algo que solo con el paso del agua por las rocas y el color de la luz consiga atraparme.



Estos algunos ejemplos de lo conseguido ese día y en esos momentos que tan rápido aparecen y tan rápido se van. Seguro que volvemos a vernos, es lo que tiene el oro, que despierta una fiebre terrible entre sus buscadores.







Besos dorados.

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