Menos mal que el día anterior fuimos sensatos y cambiamos de planes sobre la marcha, decidiendo no llegar hasta el lago D' Arratille, porque a la mañana siguiente pudimos comprobar que la subida era bastante dura y mas larga de lo esperado.
Poco a poco fuimos ganando altura y el lago no aparecía aún ante nuestros ojos, nuestro compi Joaquín había sufrido una fuerte inflamación de sus rodillas y a base de coraje, paciencia y masajes fue superando el día, como es importante que cada uno suba a su ritmo haríamos una parada al llegar al lago.
Después del merecido descanso no había mas tregua y de nuevo hay que ponerse en marcha, además lo que nos queda de primeras sigue siendo subir y subir sin descanso...
Impresiona volver la vista atrás y ver abajo al fondo en el valle el lago en el que hace nada habíamos estado, todo queda pequeño a tu paso y es entonces cuando eres consciente de la distancia recorrida.
Las figuras humanas te dan una referencia para apreciar tanto la distancia como el desnivel, así como el zig zag al que te ves obligado a llevar para superar estas cuestas.
Los último arreones antes de volver a hacer cima, y parar a comer de nuevo a caballo de la frontera hispano francesa.
La vista es espectacular, sobre todo y esta vez la del lado español, solo tenemos tiempo para comer y enseguida volver a descender casi a medio valle para después volver a subir a otra cima y volver a bajar al lado francés, esta es una jornada entre fronteras todo el rato, nos esperaba una tarde algo complicada, pero eso ya lo contaré en la próxima entrada.
continuará ...
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