Atrás quedaba ya la primera noche de la travesía y el primer amanecer que disfrutamos, pero no hay tiempo para mas y enseguida comienza una nueva jornada.
Lo primero fue desandar parte de lo andando la tarde anterior y descender de nuevo al valle dejando arriba el ibón azul superior.
El ir delante y con la cámara compacta a mano me hacía en muchas ocasiones mirar hacia atrás y capturar el paso de mis compañeros, en estas secuencias se les puede ver haciendo malabares para cruzar el río de uno en uno.
Una vez en el valle elegiríamos el camino contrario al del día anterior, nos enfrentábamos a subir el puerto de Marcadau para llevarnos por primera vez a la frontera con Francia.
La subida era dura, pero hay que reconocer que a medida que ganamos altura volvemos a tener vistas espectaculares de todo el valle, ante nosotros aparecía otro ibón de gran tamaño.
En la siguiente imagen se pueden comparar los tamaños, el ibón anterior y uno mas pequeño situado a mas altura.
En un principio creíamos que habíamos terminado de subir cuando coronamos, pero nada mas lejos, llegamos a una zona con una bajada pronunciada entre guijarros sueltos que nos llevaba al ensanche de un río en donde todavía quedaban restos de nieves e incluso paredes heladas que ofrecían un color azul intenso.
Tras cruzar este nuevo río que aparecía en el camino, una nueva cuesta que parecía infinita, pero al final de la misma, esta vez si, al otro lado Francia, qué mejor sitio para parar a preparar la comida que en medio de la frontera.
continuará ...
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