Sol y nieve

Es miércoles y luce el sol por primera vez ya no sé en cuantos días, la sierra presenta un aspecto magnifico con las abundantes nevadas caídas, las montañas se presentan preciosas.

Estoy llegando a casa y desde el coche no dejo de mirar, aunque no era ni con mucho el plan que tenía para esa tarde no puedo evitar cambiarlo sobre la marcha, es mucha la tentación y caigo.

Preparo una mochila con lo básico, aunque siempre intento meter cosas que en la montaña y mas al subir solo pueden ser necesarias en cualquier momento; de material fotográfico apenas nada, la cámara con angular y un pequeño trípode.

Subo a Navacerrada y parece como si estuvieran bajando los últimos esquiadores, así que yo comienzo a subir dirección el Cerro del Telégrafo, hay una cantidad enorme de nieve, he fallado en no traer las raquetas y me hundo a cada paso a veces incluso hasta la rodilla y mas.

Así la subida se hace muy pesada, el caso es que el cielo aparece despejado y aunque hace frío se está de maravilla, desde que he comenzado a subir no me he cruzado con nadie y así será en todo el tiempo que paso por las alturas hasta que ya de noche me baje de nuevo.

Llego a la virgen una vez coronado el pequeño cerro, sigo avanzando y voy dirección Siete Picos, me asomo a algunas laderas cubiertas de nieve, pero con respeto, no sé si en cualquier momento se va a desplomar parte de esa nieve acumulada.

Decido que en todas las fotos aparezca el sol en el encuadre, le echaba de menos, según va bajando en el horizonte la textura de la nieve en el suelo revela  mas y mas detalle, qué tarde tan espectacular.

Respiro hondo, miro a todas partes y es una maravilla, me siento como perdido en una inmensidad, no hay nada que pague el tener una sensación así. Sigo caminando e intentaré buscar una zona donde quedarme hasta que anochezca, sé que no tendré un atardecer espectacular, pero todo eso es secundario.

Besos soleados y nevados.