La segunda inmersión en la pequeña de las Brothers iba a resultar espectacular, repetíamos punto donde saltar, pero esta vez regresaríamos por la cara sur de las isla.
La hora era perfecta y nos situaba al sol en todo lo alto, lo que hacía disfrutar de unos bonitos azules a lo largo de todo el recorrido. Seguiría disfrutando de los magníficos corales blancos que salpican las paredes del arrecife, se presentaban hinchados y llenos de color.
La isla es realmente pequeña y cuenta con una superficie propia de una parcela, 100 metros de largo por 40 de ancho, sin embargo bajo el agua esconde un auténtico tesoro lleno de vida por todas partes.
Las inmersiones aquí son siempre de pared, se recorre el arrecife en uno u otro sentido y nunca se vislumbra el fondo que queda varios cientos de metros mas abajo, son inmersiones verticales. A lo largo del recorrido toda la fauna propia de arrecife sale a nuestro encuentro, infinidad de peces mariposas, cirujanos, anthias, trompetas y así un largo etcétera.
Alguna formaciones de coral duro no dejan casi espacio libre sin colonizar, es una lucha por la supervivencia y se hace necesario conseguir un buen puesto frente a la corriente. Todavía nos quedará una nueva inmersión, pero a pesar del tiempo, todos estamos disfrutando como locos de estos ricos fondos marinos.
Besos submarinos.
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