Un pequeño arroyo arropado por un robledal muy colorido y por un manto ocre de hojas por suelo, componen un pequeño paraíso en el interior de este bosque.
La mañana no invitaba mucho a salir, el cielo estaba totalmente cubierto y amenazante, pero ya estoy acostumbrado a no hacer caso de esa primera impresión pesimista, porque en la montaña al igual que en la costa los cambios son bruscos y rápidos tanto para mejorar como para empeorar, lo que hace que siempre lo intente.
En este caso, hubo suerte y a pesar de la lluvia fina y del frío reinante, pudimos estar lo suficiente para poder tomar algunas fotos de este bonito rincón y regresar a casa con un buen sabor de boca.
Besos dorados.
Buenas tomas Juantxi !! Me han gustado los colores.
ResponderEliminarMuy chulas Juanchi...donde es en Canencia???
ResponderEliminarQué otoño más hermoso.Dan ganas de cambiar la manta y el sofá por el manto de hojas secas y el murmullo del agua.
ResponderEliminarJosé Angel: Es en Canencia, en uno de esos rincones...
ResponderEliminarBelén: El sofá y la manta seguirán en su sitio, pero a este otoño le queda un suspiro con lo que esta lloviendo y el viento que sopla, no quedarán hojas ya mismo.
Sí que está guapa la cascadita. Este rincón de Canencia es una auténtica pasada. ¡Me encanta!
ResponderEliminarCon tus fotos el otoño será como el amor verdadero, eterno
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