Apaga la luz

De nuevo he podido disfrutar del contacto con el mar, esta vez de una forma emotiva pues ha sido en un lugar muy especial para mi, al que ya dediqué en su día un audiovisual que se puede contemplar en este mismo blog y en la web.

Todo me gusta del mar, me gusta su aroma, su murmullo, sus colores, su sabor y su va y ven, su poder de atracción es brutal y ante su presencia uno cobra vida, y me encanta fotografiarlo, de esa manera me llevo algo de lo vivido y que usare sin duda con posterioridad en pequeñas dosis.



El mar me ofrece infinitos paisajes, no importa que el lugar sea el mismo de anteriores ocasiones, incluso en una misma tarde ocurre el milagro.

Al llegar la luz de las últimas horas de la tarde ya es suave y nos deja ver un paisaje delicado, un lienzo de tonos pastel, como en la primera fotografía que os enseño.

Siguen avanzando los minutos y la luz continua cambiando, es una suerte que la luna ya este a la vista y mucho mas aún que en lugar de una pueda disfrutar de dos lunas como en esta otra toma.


El sol comienza a despedirse un día mas y lo hace escondiéndose tras las montañas, todavía es capaz de dar color a la arena cuando se moja por las olas.


En breves instantes nos regala el último golpe de luz con la suficiente intensidad para convertir la playa en algo mágico.


Y por último y ya sin el astro rey a la vista, poco a poco se apaga la luz un día mas, el cielo se torna de un azul intenso antes que llegue la negra noche, aparecen las primeras estrellas y la contaminación lumínica de las poblaciones cercanas se deja ver a lo lejos.


Apaga la luz, hasta mañana.

Besos tenues