Estoy viendo pasar estos días de temperaturas primaverales en el mejor de los casos, y se me pasa por la cabeza la idea de quedarnos sin otoño este año.
Me temo, aunque espero que la cosa aún pueda cambiar algo, que sea posible que nos veamos directamente en el invierno.
Y pensando en esa posibilidad, es cuando me vienen los recuerdos del Eresma.
Muchas son las mañanas frías de invierno en que me acerco al Eresma para disfrutar la cara norte de la Sierra y encontrarme sumergido entre la niebla, la nieve o los hielos.
Precisamente de las primeras nevadas del año pasado son estas imágenes, parece que haya pasado un siglo y dentro de poco estaré de nuevo por estos lares.
No te pierdas estos rincones en pleno invierno si es que aún no los conoces, preparate para pasar frío, pero también para dejar volar la imaginación.
Mientras, le daré una nueva oportunidad al otoño, por si solo se ha despistado y nos tiene reservada una sorpresa de úlima hora, y es que nunca hay que rendirse.
Besos a la espera.
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