El camino a la felicidad

Hace un tiempo que puse en casa unas plantas de una flor muy especial, especial por su forma, por su color, por su delicada belleza y también por su nombre, se llama Felicia (Margarita azul).

El nombre de Felicia significa fortuna, dicha, todo lo relativo a la felicidad, de hecho es una variedad de Felicitas.


Me gusta tener y fotografiar flores por las que me sienta atraído y no exclusivamente por su aspecto, todo cuenta creo yo, y no, no es que por plantar unas felicias uno busque conseguir algo de felicidad a cambio, como si comprase una ramita de romero a una gitana, claro que no.


Realmente la felicidad no se busca, aunque aparentemente el mundo entero vaya tras ella, la felicidad está en el camino, pero no hay camino si no hay meta. Seguramente que nos vayamos cruzando con ella en distintas ocasiones, es posible incluso que en unas no sepamos verla, en otras la esquivemos y en otras tengamos miedo de aceptarla, no puede ser algo tan bueno para mi...


Los ratos que paso contemplando y fotografiando a mis felicias son ratos mas que agradables, procuro abonarlas y cuidarlas, eliminar las flores marchitas etc etc, y siempre resurgen estas atrevidas flores rústicas, nunca una margarita fue tan coqueta.


Hay todo un catálogo para elegir un tipo de flor en función del mensaje que se quiere trasmitir en caso de usarlas como regalo, yo creo que en este caso su mensaje es muy claro:

"Serás tan feliz como te atrevas y tan infeliz como te propongas", y en eso estamos, atreviéndonos siempre.



Besos atrevidos.