Por eso y por otras razones tenía tantas ganas de disfrutar con este tipo de fotografía que siempre me apasionó.
El sábado en el embalse de la Jarosa la temperatura era deliciosa y una luz fantástica cubría toda la orilla e iluminaba un sin fin de pequeñas flores de diversos colores, toda la superficie del agua se tornaba dorada y su quietud provocaba reflejos perfectos en la orilla de enfrente, un placer para los sentidos.
No había mucho tiempo antes que la luz desapareciese en cuanto el sol se ocultase tras las montañas que bordean el embalse, busqué un motivo que fotografiar, y después de varias pruebas con flores y un simpático saltamontes que buscaba donde pasar la noche en lo alto de una planta, por fin apareció... dos hermosos y preciosos "corazones púrpura".
No había mucho tiempo antes que la luz desapareciese en cuanto el sol se ocultase tras las montañas que bordean el embalse, busqué un motivo que fotografiar, y después de varias pruebas con flores y un simpático saltamontes que buscaba donde pasar la noche en lo alto de una planta, por fin apareció... dos hermosos y preciosos "corazones púrpura".
Habían nacido juntos del mismo tallo, y morirían juntos, sin separarse nunca.
Su diseño recordaba un broche, el resto fue buscar un fondo que les envolviese como merecían para destacar todo su esplendor.
Besos púrpura.
Su diseño recordaba un broche, el resto fue buscar un fondo que les envolviese como merecían para destacar todo su esplendor.
Besos púrpura.
Qué maravilla, Juan. Y sin embargo me ha cautivado más la primera foto... quizás por la perfecta delicadeza con que se arquea la antena del insecto... ¡Cuánta belleza!
ResponderEliminarExquisitas, como siempre delicadas.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarJuanchy...preciosas...sacas pretroleo de donde no lo hay.
ResponderEliminarun abrazo...
Son dos delicadas miniaturas de las que has conseguido sacar toda su belleza.
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