viernes, 17 de julio de 2015

Burano, un paseo entre colores

Llegar hasta Venecia y no acercarse a conocer Burano es para mi pecado si eres fotógrafo, esta preciosa isla de casas de colores nos ofrece un recorrido con el que disfrutar de todos los sentidos.


Probablemente no tenga muchos reclamos turísticos si exceptuamos sus casas coloridas, pero el ambiente que se respira es muy diferente al de su vecina Murano.
El día comenzó desde bien temprano con un cielo cubierto de nubes, sin duda eso hacía mucho mas agradable la tempertaura y creaba escenas mas llamativas. Mientras espero al vaporeto las luces cambian de forma constante.



Una vez que se llega a Burano, lo mejor como siempre es perderse, en mi caso, también como siempre, era muy temprano y practicamente no había llegado nadie, así que no fue difícil desaparecer.




Se dice que los pescadores pintaron sus casas con llamativos colores para poderlas reconocer desde la distancia donde faenaban, está bien que siempre exista una bonita leyenda para dar explicación a algo tan curioso.




En origen esta isla situada en la laguna de Venecia fue habitada por gente que huía de la peninsula por las invasiones bárbaras.

Puedes hacer un recorrido de apenas media hora o dejarte llevar e ir muy despacito observando cada rincón y por supuesto tomar un vino blanco como hicimos nosotros en una de tabernas.




De regreso a Venecia es inevitable continuar buscando encuadres entre sus canales, así transcurrió el resto del día antes de regresar al camping.

Primero los pequeños canales y después la foto obligada desde el mítico puente de Rialto.





Besos de colores.

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