A veces ocurre que un segundo antes es pronto y un segundo después es tarde, en esas ocasiones no es fácil encontrar el momento justo y uno tampoco sabe muy bien como conseguirlo.
Cuando estoy fotografiando en la costa muchas veces reflexiono sobre eso, mientras voy haciendo cálculos sobre la velocidad que voy a indicar en la cámara en función de la propia velocidad de las olas, pienso cuanto se parece a esas ocasiones de las que hablo.
Sirvan como pequeño ejemplo estas dos imágenes, y usemos a la piedra como nosotros mismos.
En la primera estamos a salvo, aún no nos hemos "mojado" pero es evidente que somos conscientes de lo que nos espera y que ya nada podrá remediarlo...
En la segunda toda ha pasado ya, es posible que no hayamos sabido reaccionar a tiempo o que aún a sabiendas de lo que nos esperaba hayamos aguantado quizás esperando un milagro... estas últimas ocasiones son muy propicias para escuchar (sobre todo de los que no se mojan nunca) el conocido "ya te lo dije...".
En cualquier caso, que cada uno busque su momento justo y lo sepa aprovechar como pueda.
Besos precisos.
Bonita metafora fotografica nos has dejado con estas fotos. Me gusta la analogia que haces. Buen post.
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