El humedal conocido como Las Tablas de Daimiel fue declarado Parque Nacional en el año 1973, Reserva de la Biosfera en el 1981 e incluido dentro del Convenio Ramsar en el año 1982.
Es el último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, formación que se produce por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela, favorecido por la escasez de pendiente en el terreno. Con su declaración como Parque Nacional se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de nuestro planeta, asegurando así, la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación.
Recientemente he tenido la posibilidad de disfrutar de este entorno y hacerlo además en todo su esplendor, lleno de agua por todas partes (no como en años anteriores que se temía por su estado) y en plena explosión de la primavera.
Es un placer contemplar el atardecer sobre las lagunas, así como las primeras horas del día calientan poco a poco los cañizales y tiñen todo de una hermosa luz dorada.
Entre la multitud de caminos en forma de pasarelas de madera se encuentran varios observatorios de aves, en su interior y en completo silencio se puede contemplar la fauna actuando de forma natural y fotografiarla sin ser vistos.
En próximas entradas publicaré algunas da las fotografías obtenidas desde los observatorios, en esta ocasión os dejo solo con algunos de los rincones de este bello parque.
Besos de agua.
ME encanta tu fotografia, eres un genio....
ResponderEliminarDa gusto verlo así que es como debe de estar, no echando humo como cuando se secaron y se empezó a quemar la turba. Espero que una cosa así haya servido de lección y no se vuelva a permitir el uso indiscriminado del agua, aunque me extrañaría mucho.
ResponderEliminarGracias por compartir estas maravillosas fotografías tuyas. Me hacen sentir muy bien.
ResponderEliminarEs un orgullo conseguir algo así.
EliminarGracias.